Una Europa con una política exterior común y con un tratado de cooperación militar independiente habría servido de colchón entre Rusia y Estados Unidos, y muy posiblemente Ucrania no estaría viviendo el drama que soporta en estos días. En el análisis que propone Eduardo Pintore, profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad Nacional de Córdoba, esta invasión demuestra el fracaso de la Unión Europa. Esta es la mirada del especialista sobre el conflicto.
-¿Cuál es la situación, a una semana del inicio de la invasión?
- Vladimir Putin todavía no dijo expresamente que quiere anexar Ucrania para reintegrarla a lo que hoy sería la Federación Rusa. Por lo tanto, sería una situación en la cual un Estado inició acciones militares contra otro Estado. Desde el punto de vista del Derecho Internacional esto configura una violación al artículo 2, párrafo 4, de la Carta de las Naciones Unidas. La fundamentación que se escuchó del gobierno ruso daría la idea de una legítima defensa preventiva frente a la amenaza de que Ucrania ingrese a la OTAN y, en virtud de eso, Estados Unidos pudiera estacionar una base militar con misiles nucleares directamente en la frontera de Rusia. Es la misma doctrina invocada en Afganistán por Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña en 2001, por ejemplo. El otro argumento sería que Rusia ingresó, al menos en la parte de las Repúblicas del Donbass, para proteger a la población civil porque alegaban que Ucrania la atacaba. Por eso reconocieron a las Repúblicas del Donbass y luego ingresaron.
- ¿Y cuál es su opinión?
- Ambas son tesis discutibles. Yo no acepto que existe una legítima defensa preventiva. Tampoco que hay una intervención humanitaria. Desde el punto de vista del Derecho Internacional la acción de Rusia es difícil de legitimar. En cada conflicto hay que evaluar quiénes son los actores y qué intereses están en juego, porque siempre hay ganadores y perdedores. Por eso este conflicto no es entre Rusia y Ucrania sino entre Rusia y los Estados Unidos, que serían los grandes ganadores porque con la amenaza de hacer ingresar a Ucrania a la OTAN, enfrentaron a los países de Europa contra sí mismos.
- ¿Cómo es esto?
- Hoy Alemania, Francia, Gran Bretaña, Holanda, España e Italia están apoyando a Ucrania y se genera una brecha muy difícil de salvar en las relaciones ruso-europeas. Y para Estados Unidos la cooperación de Europa occidental con Rusia es un peligro para la influencia que ellos tienen en Europa. Si Alemania y Francia, países que tienen independencia en su política exterior, colaboran con Rusia, se establece un polo de poder independiente a la política exterior norteamericana en Europa. En cambio, este conflicto alineó a Alemania y a Francia con las políticas de la OTAN en la dirección que Estados Unidos desea. Por último, las medidas comerciales debilitan mucho más a Rusia y a Europa, y no así a Estados Unidos.
-¿Qué nos dice este conflicto sobre las comunidades políticas?
- Es la muestra del fracaso de la Unión Europea como modelo, porque después de décadas de existencia no logró una política exterior común y una fuerza armada o ámbito de cooperación militar común que se salga del marco de la OTAN. Imaginemos una Europa con una política exterior común y con un tratado de cooperación militar independiente, es decir, con una verdadera soberanía en sus decisiones. Esto hubiese sido un colchón entre Estados Unidos y Rusia y no existiría la ficción que existe hoy cuando un país como Ucrania amenaza con entrar a la OTAN y permitir bases militares norteamericanas en la frontera con Rusia.
- ¿Y qué pasa con la ONU?
- El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es el órgano encargado de mantener la paz y la seguridad internacional y cinco de sus miembros son permanentes: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña; es decir, las cinco potencias victoriosas de la Segunda Guerra Mundial. Basta que uno de ellos no esté de acuerdo con una resolución para que no se adopte. Esto se dio la semana pasada cuando Rusia vetó la resolución que había llevado a Estados Unidos, Inglaterra y Francia. Y está la cuestión de hecho, porque ¿quién va actuar contra una potencia nuclear como Rusia o Estados Unidos? Hay una dificultad jurídica y una imposibilidad material de tomar algunas medidas contra estas potencias, ¿no? Pero bueno, la ONU funciona como funciona el mundo. No le podemos pedir que sea la panacea cuando el mundo no lo es.
- ¿Cuál es el papel de Argentina? ¿Qué consecuencias pueden llegar a notarse?
- De parte del Gobierno a veces hay discursos muy favorables a Rusia, aunque se condenó ya la invasión. Lo cierto es que tenemos muchos más intercambios comerciales con Europa y Estados Unidos que con Rusia. Pero lo cierto es que el mundo que tenemos hoy para la Argentina es mucho mejor que el que teníamos en la década de los 90 del siglo pasado, cuando con la caída de la Unión Soviética había un solo poder que era Estados Unidos. Hoy resurgió China, Japón, India. Tenemos un mundo multipolar y lo que conviene es no casarse con nadie y tener relaciones con todos en términos de poder.
- Entonces, ¿qué puede pasar?
- No va a ser una guerra relámpago como quizás pensó Rusia. Ucrania está recibiendo el apoyo político y militar de Estados Unidos y Europa. Estamos como en la época más grave de la Guerra Fría.